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Los riesgos ergonómicos de las camareras de piso - Valora Prevención
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Los riesgos ergonómicos de las camareras de piso

La profesión de camarera de piso es fundamental en el sector de la hostelería, donde la atención al detalle y la eficiencia son esenciales para garantizar la satisfacción del cliente. Sin embargo, detrás de la impecable presentación de un hotel, se esconden desafíos significativos en términos de ergonomía y salud laboral. En este artículo, exploraremos las tareas que desempeñan estas trabajadoras, los peligros y riesgos ergonómicos a los que están expuestas y las medidas preventivas que pueden implementarse para mejorar su bienestar y seguridad en el trabajo.

1º Reto. La Profesión de Camarera de Piso y sus Tareas.

Según la resolución del 20 de enero de 2023 de la Dirección General de Trabajo, el VI Acuerdo Laboral para el sector de la Hostelería (ALEH VI) establece que las camareras de piso son responsables de una variedad de tareas que incluyen la limpieza y el arreglo de habitaciones, pasillos y zonas comunes, así como la atención directa al cliente. Estas funciones requieren un alto nivel de organización, tareas y en consecuencia la posibilidad de multiplicidad de exposiciones a peligros ergonómicos, riesgos derivados y sus factores de riesgo.

2º Reto. Los Peligros, Riesgos y Factores de riesgos Ergonómicos: Un Desafío Constante.

La complejidad del trabajo de las camareras de piso, debido a la gran cantidad de funciones y tareas, implica una serie de peligros, riesgos y factores de riesgos ergonómicos que deben ser detectados, evitados y evaluados cuidadosamente.

 Entre los peligros y riesgos más comunes se encuentran:

– Manipulación manual de cargas y Fuerzas: Levantar, transportar y mover objetos pesados.
– Posturas forzadas: La necesidad de agacharse, estirarse o trabajar en posiciones no neutras.
– Movimientos repetitivos: La realización constante de tareas similares.

Esa gran variedad de tareas, unido a la cantidad de metodologías de valoración ergonómica a utilizar para estudiar cada uno de los aspectos, tareas y funciones, añadiendo el entorno de trabajo, diferentes tipos de habitaciones, salas, zonas comunes, mobiliario, tareas previas de preparación, mayor o menor experiencia, periodos estacionales, puntas de trabajo, existencia de vallet, etc. supone un reto y nos obliga a requerir la información lo más completa y detallada posible, para poder llevar a cabo una buena detección previa como con el uso de metodologías validadas como la ISO 12295, donde podremos obtener situaciones aceptables, situaciones críticas o la necesidad de valoración específica como:

– La manipulación manual de cargas (Guía RD 487/97 para manipulaciones simples, ISO 11228:1 para tareas más complejas de manipulación, levantamiento y/o transporte, ISO 11228:2 para empujes, arrastres).

– Las posturas forzadas (ISO 11226, REBA, OWAS).

– Los movimientos repetitivos (ISO 11228:3).

– La carga metabólica (ISO 8996).

– Fuerzas.

– Análisis de condiciones ambientales para evitar el disconfort ergonómico (RD 486/97, UNE EN ISO 9921).

Y sus medidas preventivas adecuadas, específicas y eficaces, que impacten en el factor y nivel de riesgo.

Sin olvidar que el conocimiento adquirido tras todos estos años de estudios y medidas de prevención de riesgos laborales en el sector y el propio conocimiento de los agentes implicados en el sector, nos servirán para obtener en un primer inicio situaciones aceptables y en caso de evaluar la necesaria consulta y participación de las plantillas y empresa.

Además, tendremos que combinar todo lo anterior, con el factor género (recordando que es un colectivo con una alta empleabilidad de mujeres) junto con la edad de las personas trabajadoras, donde los métodos de manipulación de cargas y fuerza, aplican un factor de corrección.

3º Reto. Consecuencias para la Salud: Un Problema Real.


Veamos algunas cifras de declaración de Enfermedades Profesionales (en adelante EP) y Accidentes de Trabajo por Sobreesfuerzo (en adelante ATs) en el sector:

En agosto de 2018, la profesión de Camareras de piso tuvo reconocida determinadas, EP) por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, donde la Mesa Sectorial para la Calidad del empleo en el sector de la Hostelería y la Seguridad Social reconoce el Síndrome del túnel carpiano como enfermedad profesional a las camareras de piso, otras patologías como la bursitis, epicondilitis o tendinitis.

Según la carta remitida en 2018 por la Seguridad Social a AMAT (Asociación de Mutuas de Accidentes de trabajo colaboradoras de la Seguridad Social), se fija un criterio único por el que aplica la consideración de EP, a dolencias causadas directamente por trabajos concretos, entre ellas, el síndrome del túnel carpiano, epicondilitis o tendinitis tal como se recoge en el Real Decreto 1299/2006. Las dolencias indicadas se asocian al desempeño de determinadas profesiones recogidas en el listado del RD 1299/2006 al que se añaden la de camarera de piso y otras ocupaciones, que exigen también el desempeño de trabajos con la intensidad y repetición necesarias para generar estas patologías.

Según datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social (avance enero – octubre 2023),

  • del total de 463.888 accidentes de trabajo (AT), 45.799 accidentes corresponden al epígrafe I. Hostelería, entre los que aproximadamente el 29% fueron sobreesfuerzos por trastornos musculoesqueléticos (en adelante TME);
  • y el índice de incidencia de partes de EP comunicados por sección de actividad se sitúa en un 130’5, estando por encima de la media (dentro de la desagregación sectorial, se sitúa dentro de las ocho secciones de actividad que se posicionan por encima de la media);
  • y según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el trabajo (en adelante INSST) la localización anatómica de la lesión de los AT’s producidos por sobreesfuerzo en el sector, los encontramos en la espalda 43%, pierna 10,7%, hombro 8%, muñeca 6,1%, cuello 5,8%, brazo 5,5%.

A estos datos anteriores, hemos de introducir el aspecto de género, ya que la profesión de la camarera de pisos está altamente feminizada y prueba de ello es que las EP comunicadas a través del CEPROSS (Comunicación de Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social), más del 95% se produce en mujeres; en el puesto de trabajo al que estamos haciendo referencia, “las mujeres muestran un nivel de exposición muy alto a movimientos repetitivos y a mantener posiciones dolorosas o fatigantes. Por ello no es de extrañar que se traduzca en una prevalencia superior a la de los hombres en dolencias musculares y dorsales (INSST)”.

La organización del puesto de trabajo, sus características físicas y de diseño, las exigencias de esfuerzo, las características individuales, es decir y en definitiva las condiciones ergonómicas del puesto de trabajo, desde el sentido más amplio y añadiendo otros aspectos de tipo psico­social, son los aspectos en los que debemos buscar las causas y gestionar eficazmente la prevención de riesgos laborales.

Para la gestión de los TME debemos tener en cuenta, de manera especial, todas las fuentes de infor­mación con las que se puedan contar, resul­tados de reconocimientos médicos, datos de siniestralidad del sector, avances en el cono­cimiento y mejoras preventivas, avance de la técnica, mejora de procesos y procedimientos de trabajo, la investigación de daños a la sa­lud, la consulta y participación de la plantilla, la formación, información

4º Reto. La mejora y adaptación ergonómica del puesto de trabajo. Situaciones de riesgo y factores en las tareas y la necesidad de medidas preventivas para evitar, eliminar, minimizar y controlar.

Se indican posibles situaciones que, sin ser de forma exhaustiva, pueden darse en el entorno laboral (hay que tener en cuenta entre otros, lo indicado anteriormente de la cantidad de tareas y diferentes entornos de trabajo).

  • Posibles manipulaciones o posturas fuera ran­gos óptimos (por encima del nivel del hombro, por debajo de rodilla, a nivel del suelo, a distancias horizontales que obligan a estirar los brazos, fuera del plano de asimetría, carga excesiva, flexión de cuello, flexión de tronco, flexión, desviación cubito radial de muñecas, movimientos articulares extremos de codo).
  • Bipedestación dinámica.
  • Altas Frecuencias. Sin periodos de recuperación y/o pausas adecuadas.
  • Pesos límite en función de las caracterís­ticas individuales y zonas de manipulación.
  • Distancias de transporte y empuje de cargas. Características del entorno y del objeto a empujar.
  • Posturas forzadas y su duración.
  • Movimientos repetitivos y su duración.
  • Acumulación y realización de tareas, que aumentan la carga metabólica.

Medidas preventivas.

Todas las medidas que se indican, no se establecen de un modo exhaustivo, debiendo ser analizado de forma específica por cada empresa. Aunque la mayoría de ellas, serán aplicables en el puesto de trabajo y diferentes entornos laborales.

  • El diseño del puesto debe favorecer la adopción de posturas neutras, con establecimiento de medios, entorno y procedimientos que hagan que se adopten estas posturas neutras. Minimizar la necesidad de realizar giros, torsiones, inclinaciones o desviaciones de los diferentes segmentos del cuerpo y evitando los brazos por encima de los hombros o por debajo de las rodillas.
  • Alcance adecuado de los elementos o zonas a limpiar y obliguen a adoptar posturas forzadas. Los materiales más pesados a la altura de la cintura. Mobiliario provisto de ruedas.
  • Cubos con grifos incorporados y disponer de mangueras de llenado de acople estándar.
  • Suelos que faciliten el desplazamiento de los carros. Mantenimiento y buen estado de los rodamientos de estos. Alturas de asas de empuje en la zona de codo.
  • Evitar la manipulación manual de cargas dotando de ayudas y medios auxiliares que faciliten el transporte y estableciendo procedimientos para evitar o minimizar las manipulaciones. Uso de cuñas de elevación de colchones.
  • Evitar la movilización de las camas. Dotarlas con sistemas de elevación para reducir las flexiones de tronco, para limpieza en la parte inferior, favorecer las acciones de hacer la cama, minimizar elevaciones de colchón, que haya separación automática del cabecero para eliminar las fuerzas para moverlas.
  • Utilizar mangos telescópicos u otros elementos que reduzcan la distancia de alcance. Los mangos telescópicos permiten además la adaptación a la altura de los diferentes trabajos. En su defecto, la longitud de los diversos mangos será tal que permitan ser cogidos con las manos, entre el nivel del pecho y la cadera.
  • La zona de agarre de los útiles de trabajo tendrá un diámetro tal que permita un agarre amplio de fuerza (entre 3 y 4,5 cm), será de material antideslizante, forma ovalada o cilíndrica. Evitar las asas de los cubos finas, que provocan presiones localizadas.
  • Sistemas automáticos de escurrido en cubos y selección de fregonas de materiales que facilitan esta tarea. Equipos, útiles de trabajo que permitan la alineación de la muñeca. Agarres ergonómicos, que permiten posturas neutras y usos del equipo o útil en posiciones neutras.
  • Sistemas de escurrido en bayetas, que minimicen las torsiones de las muñecas y minimizan movimientos repetitivos (eliminación de número de acciones técnicas en la tarea).
  • Alternancia de ambos brazos en las tareas de limpieza. Uso de útiles que permitan ser usados con ambas manos, para permitir la alternancia.
  • Uso de sistemas de prolongación de boquillas, de forma que permita aplicar productos sin agacharse.
  • Uso de fregonas con tiras de microfibra o de viscosa específicamente indicadas para suelos antideslizantes y rugosos. Procedimientos de limpieza, formación e información para ir avanzando con todo el cuerpo y no sólo con el útil o brazo o flexionando la espalda.
  • Uso de productos eficaces y de secado rápido, que reducen la intensidad y necesidad de esfuerzos continuados.
  • Uso de cinturones porta útiles. Calzado adecuado, cómodo, con plantillas adecuadas.
  • Organización de las tareas, para asignar la menor carga, disponiendo de un tiempo adecuado para la realización de la tarea y con las pausas de recuperación bien designadas en la jornada, de forma que sean efectivas e impacten en el nivel de riesgo, disminuyendo este. Disponer de personal auxiliar o valet, para ayuda en tareas más pesadas o en caso de periodos punta.
  • Procedimientos adecuados de limpieza, para minimizar esfuerzos, posturas, movimientos repetitivos (minimizar acciones técnicas).
  • Procedimiento de actividades de relajación y el estiramiento (dirigidos por especialistas).
  • Formación específica teórico-práctica, información.
  • Vigilancia de la salud.
  • Consulta y participación de la plantilla. Tener en cuenta los factores psicosociales.
  • Tener en cuenta la posibilidad de personal de protección especial o colectivos protegidos (conlleva un análisis particularizado de la persona, sus características personales y estado biológico conocido).

5º Reto. Comprobar las medidas implantadas, su impacto en el nivel de riesgo, la conformidad y su adopción por las personas trabajadoras y resultados obtenidos.

Una vez implantadas las medidas, habiendo reevalua­do, verificando el impacto en el nivel de riesgo, comprobando que se ha actuado frente al riesgo y sus factores, se podrá verificar una:

  • Mejora social del entorno laboral (mayor consulta y participación, mejor clima social, mayor satisfacción en la plantilla).
  • Reducción de la accidentalidad, tanto en ATs, como en EP.
  • Mas eficacia en la realización de las tareas con necesidad de menor carga física.