23 Nov ¿Cómo prevenir las alergias desde el entorno laboral?
Causas, síntomas y medidas preventivas.
La llegada de la primavera suele venir acompañada de un problema de salud que, si bien no presenta habitualmente gravedad, afecta a un gran número de población laboral y resulta incómodo para el desarrollo de la actividad profesional, pudiendo llegar en ocasiones a generar una incapacidad permanente.
Las alergias primaverales, como es conocido, constituyen una reacción inapropiada o exagerada del sistema inmunológico de nuestro organismo al entrar en contacto con sustancias que considera extrañas.
Las más habituales durante esta época se deben a la acción de los pólenes (gramíneas, ciprés, parietaria…)
Los síntomas asociados a las alergias primaverales son muy variados ya que afectan a diferentes partes de nuestro cuerpo como los ojos, la nariz, la garganta o los pulmones, generando conjuntivitis, picor de nariz y garganta, congestión nasal, estornudos y en ocasiones, asma (dificultad para respirar con tos y pitidos).
Según los datos de Valora Prevención, un 5% de la población laboral a la que se ha realizado examen de salud, refiere padecer algún tipo de alergia, siendo la más frecuente la relacionada con los pólenes (1,5%).
Hemos de tener en cuenta que el periodo primaveral, supone una aparición brusca de la sintomatología relacionada con las alergias a pólenes, pudiendo llegar a dificultar e incluso impedir, el desarrollo normal de las tareas del puesto de trabajo.
Queremos llamar la atención, que desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales, las alergias pueden tener una doble perspectiva: aquellas, como hemos comentado antes que no estando directamente relacionadas con la actividad laboral, pueden dificultarla o perjudicarla.
Por otro lado, estarían las originadas por un producto alergénico presente en el entorno laboral, siendo los más habituales, y por profesiones: harina (obradores/panaderos), látex (profesiones sanitarias), cromo (cemento) e isocianatos (vapores orgánicos para la producción de poliuretanos), entre otros.
Pero, ¿qué se puede hacer para evitar o reducir estas alergias en el entorno laboral? Las medidas básicas van relacionadas tanto a cuestiones materiales como a la información sobre la salud del trabajador. Entre las primeras, es fundamental, en aquellos productos susceptibles de generar reacciones alérgicas, contar con información detallada sobre las sustancias que lo componen. Para ello, es necesario realizar un etiquetado claro, con datos relativos a los componentes y los valores de exposición ambiental de las sustancias y poner a disposición del trabajador la información relevante acerca de los productos con los que va a trabajar.
También, en aquellos desempeños profesionales en los que se realice la actividad en entornos expuestos a sustancias potencialmente alérgenas como el polvo, es obligatorio contar con los equipos de protección colectivos y/o individuales, adecuados. Este trabajo preventivo puede completarse con una adecuada labor de formación e información acerca de los riesgos a los que se está expuesto en el puesto de trabajo y la manera adecuada de reducir los síntomas alérgicos.
En ocasiones, el trabajador, no estando expuesto a agentes alérgenos en su entorno laboral, puede presentar síntomas y experimentar dificultades en su actividad profesional. En esta, como en otras afecciones, la vigilancia de la salud, concretamente, el examen de salud laboral puede contribuir de forma decisiva a la detección de síntomas y signos precoces para hacernos sospechar una alergia y derivar el caso a un médico especialista.
Dr. Guillermo Gil Ballester Director Técnico de Valora Prevención