13 Jun Artículo | Las emisiones diésel como contaminante de origen laboral
Antecedentes
La evidencia científica de los efectos cancerígenos de las emisiones diésel en los humanos lleva años siendo motivo de discusión, ya en 1988 The National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) discute la evidencia epidemiológica que asocia el cáncer de pulmón con la exposición ocupacional a las emisiones diésel y lo clasifica como como probablemente carcinógeno en humanos, en su grupo 2A. De forma paralela The international Agency for Research on Cancer (IARC OMS) recomienda la reevaluación de los gases de escape de los motores diésel. En 2012 IARC (OMS) clasifica las emisiones de todos los motores diésel como carcinógenos para los humanos (Grupo 1).
No ha sido hasta la publicación del Real Decreto 427/2021, de 15 de junio, por el que se modifica el Real Decreto 665/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo, cuando se han incluido las emisiones procedentes de los motores diésel como nuevo agente cancerígeno de origen laboral en la normativa española.
La clasificación de las emisiones diésel como cancerígeno del tipo 1A hace necesario que, desde empresas, SPA’s y Gobierno se tomen todas medidas necesarias para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores expuestos.
Las emisiones de motores diésel son una mezcla compleja de partículas, aerosoles líquidos, gases y vapores que se generan durante el funcionamiento de motores que utilizan el gasóleo como combustible, como producto de la combustión. Sin entrar en profundidad en la composición, podemos identificar entre otros las siguientes sustancias:
• Gases inorgánicos no tóxicos como H2O, O2 y N2
• Gases inorgánicos tóxicos como CO, CO2, NOx, SO2
• Vapores orgánicos como hidrocarburos (HC), hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)… que entre otros contienen sustancias reconocidas como cancerígenos como son el formaldehido y el benceno.
• Materia particulada de diferentes tamaños, PM 10, PM 2,5 y PM0,1Son están partículas sólidas de PM 0,1 las que conocemos como hollín y están compuestas por un núcleo de carbono elemental que tiene adsorbido en su superficie partículas de HC de alta toxicidad.
Las reacciones químicas en los motores de combustión para generar la energía necesaria para mover los vehículos no son reacciones perfectas o estequiométricas, si lo fueran la combustión de los hidrocarburos (HC) generarían CO2 + H2O.Parte de los HC no arden por completo y quedan pequeñas gotitas de combustible sin quemar, además de HC tenemos otros productos que no reaccionan en el proceso (aditivos de combustible, otros gases del aire, aceites de lubricación…) las alta temperaturas que se alcanzan en los cilindros hacen que esas partículas se conviertan en cenizas y que salgan expulsadas por los sistemas de escape, estas pequeñas partículas son lo que conocemos como hollín o carbono elemental. Los motores diésel son los que mas partículas de carbono elemental generan, es por ello que desde hace años los nuevos motores deben incorporar de forma obligatoria filtros antipartículas.En general las emisiones de los motores diésel son mucho más visibles que las de los motores de gasolina ya que contienen mas hollín o materia particulada, mediante la observación de los humos del escape podemos distinguir 3 tipos de humo visibles:
a) Humo azulado (aceite y fuel no quemado), en motores que queman de forma deficiente por su mal uso o estado de conservación.
b) Humo negro (hollín, aceite y carburante no quemado) si hay fallo mecánico en el motor (defecto en el sistema de liberación de fuel o porque trabaja a máxima potencia).
c) Humo blanco (gotas de agua y carburante no quemado) debido al arranque en frío del motor, que desaparece cuando se atempera. La cantidad producida es independiente del grado de mantenimiento y, cuando se trata de motores viejos, produce un olor desagradable.La cantidad y composición de los humos diésel generados depende entre otros factores de la cantidad, tipo y calidad del combustible usado, la clase de motor (estándar, turbo, inyección), el reglaje y mantenimiento del motor, de la configuración de la bomba de combustible y de la demanda de trabajo del motor, antigüedad del motor, sistemas de control de emisiones (catalizador o convertidor catalítico, filtro de partículas, etc.).
Una exposición a corto plazo (aguda) a concentraciones elevadas de emisiones de motores diésel puede producir irritación de las vías respiratorias y de los ojos, dolor de cabeza, mareos, náuseas y síntomas de inflamación de las vías respiratorias, variables entre individuos y de carácter transitorio. Cuando se da una exposición a largo plazo (crónica), se pueden producir efectos más graves como inflamación pulmonar, exacerbación de la respuesta alérgica, afecciones cardiovasculares y cáncer de pulmón (IARC, 2013). Así mismo, la exposición a este agente puede agravar patologías previas de tipo cardiovascular o respiratorio.
También existen evidencias limitadas que relacionan la exposición a estas emisiones con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de vejiga urinaria. Los efectos para la salud debidos a la exposición a materia particulada en general dependen de la cantidad que se acumule en los pulmones, lo que a su vez dependerá de la concentración de partículas en el aire que se respira y del tamaño de estas. Aquellas partículas cuyo tamaño sea inferior a 10 μm, que forman parte de lo que en higiene industrial se conoce como fracción respirable, pueden ser inhaladas y penetrar en el sistema respiratorio hasta alcanzar los alvéolos pulmonares y depositarse allí, donde podrían producir sus efectos dañinos. La mayoría de las partículas de CE generadas en la combustión de los motores diésel tienen un tamaño inferior a 0,1µ (100 nm), es decir son nanopartículas, debido a su pequeñísimo tamaño, su alta superficie específica y que llevan adsorbidas una mezcla compleja de otras sustancias orgánicas cancerígenas hace que su exposición laboral este asociado a un aumento del riesgo del cáncer de pulmón entre la población expuesta, trabajadores y sociedad en general.
La exposición laboral a emisiones de motores diésel puede darse en muchos entornos laborales diferentes, entre los que se encuentran: la minería, la agricultura, la construcción y el transporte, ya sea ferroviario, por carretera, aéreo o marítimo o en los talleres de reparación de vehículos. Un listado no exhaustivo profesiones donde puede haber exposición seria: Mineros, trabajadores de la construcción de túneles, conductores profesionales (incluyendo transporte de personas, de mercancías y mensajería) bomberos, trabajadores de reparación y mantenimiento de vehículos o equipos diésel, trabajadores de la construcción, trabajadores de almacenes y logística, agricultores, operadores de cabinas de peajes, trabajadores de aduanas, personal de control de tráfico: (policías, guardia civil, etc.),operadores de maquinaria pesada, cargadores y trabajadores de muelle en transbordadores, trabajadores del mar, operadores de equipos de manipulación de cargas, trabajadores de la industria petrolífera, ferroviarios, tanto conductores como tripulación de máquinas diésel, trabajadores de la recogida de basuras se estima que los trabajadores actualmente expuestos a emisiones de motores diésel es superior a los 3 millones solo en la Unión Europea.Siendo el total de trabajadores expuestos durante parte de su vida laboral en torno a los 12 millones, los datos epidemiológicos actuales en la UE ponen de manifiesto que el cáncer es la principal causa de mortalidad laboral en la UE (52 %), esto hacer prioritario la necesidad de eliminar-minimiza-evaluar el riesgo de exposición a las emisiones diésel en el ámbito laboral.
El primer paso a la hora de evaluar el riesgo consiste en identificar las posibles fuentes de emisión. En aquellos lugares de trabajo donde se compruebe la presencia de motores diésel se debería realizar un estudio preliminar teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
• Número de motores o equipamiento diésel que se utiliza en el trabajo.
• Lugar donde se liberan las emisiones de motores diésel (interior o exterior), posición y distancia de los trabajadores con respecto a las fuentes de emisión.
• Presencia de sistemas de ventilación o aberturas por las que se puedan filtrar los humos que se generan en el exterior o en otras localizaciones hacia los lugares donde hay trabajadores.
• Espacios confinados o zonas con mala ventilación en donde puedan registrarse concentraciones altas humos
• Depósitos visibles de hollín en las superficies (indicativo altas de concentraciones de humos en el ambiente)
• Cantidad y color de los humos visibles generados en los motores.
• Síntomas o molestias en los trabajadores: irritación en los ojos o en las vías respiratorias, dolor de cabeza, mareos o náuseas.Con este estudio preliminar podemos plantear de forma adecuada la evaluación cuantitativa de la exposición, mediante la realización de mediciones de concentración personal para su posterior comparación con el Valor limite ambiental vinculante de 0,05 mg/m3 medido como carbono elemental en su fracción respirable, de obligado cumplimiento a partir del 21 de febrero de 2023. Siempre que se realice una evaluación cuantitativa de la exposición por inhalación a un agente químico peligroso se ha de seguir una estrategia de muestreo que garantice la representatividad de los datos obtenidos. Esto se puede obtener siguiendo la norma UNE-EN 689:2019+AC:2019 Exposición en el lugar de trabajo. Medición de la exposición por inhalación de agentes químicos. Para la evaluación cuantitativa de la exposición se puede tomar como referencia lo indicado en el método 5040 de NIOSH (National Institute for Occupational Safety and Health, de Estados Unidos), aunque para el análisis en laboratorio actualmente en la Unión Europea se utiliza un protocolo de transmitancia térmica diferente, llamado EUSAAR_2.Entre otros laboratorios homologados en España para estos análisis tenemos el Laboratorio del Instituto Nacional de Silicosis. El método 5040 de NIOSH propone la utilización de un filtro de fibra de cuarzo de 37 mm sobre un casete abierto como muestreador con unos caudales de muestreo de entre 2-4 l/min, utilizando bombas de alto caudal calibradas antes y después de las mediciones con caudalímetros verificados.El carbono elemental se considera el mejor indicador de la exposición a emisiones de motores diésel pero no debemos olvidar la presencia de otros contaminantes que generan estos motores en cantidades importantes como: los óxido de Nitrógeno (NOx), monóxido y dióxido de carbono ( CO y CO2), óxidos de azufre ( SO2) , benceno, y formaldehido entre otros. Todos ellos con valores límite ambientales y de los que se dispone de métodos de muestreo, mediante muestreadores pasivos, equipos de lectura directa y adsorción mediante tubos de captación conectados a bombas de aspiración. Por lo que un estudio completo de exposición a emisiones diésel debería contemplar estas mediciones adicionales.
En los estudios realizados para caracterizar la exposición a humos de escape diésel en varios sectores de actividad (Pronk, Coble, & Stewart, 2009) se ha observado que las exposiciones personales más altas se dan en la minería de interior y en la construcción de túneles, con niveles medios de exposición diaria medidos como carbono elemental de 100 μg/m3 (0,1 mg/m3), seguidos de los trabajos en muelles de carga, mecánicos y de mantenimiento, con niveles entre 20 y 40 μg/ m3. Le siguen tripulación de trenes (10 µg /m3), construcción y carga y descarga de equipajes de aviones, cuya exposición media se sitúa por debajo de 10 μg/m3.Por último, los conductores profesionales se sitúan en torno a los 2 μg/m3 de exposición diaria media.Otros estudios más recientes como el llevado a cabo por el Instituto nacional de Silicosis sobre la exposición a emisiones diésel en el sector de la minería realizado entre los años 2014-2020 arrojan como resultados una exposición promedio de mas de 200 µg/m3 (0,2 mg/m3)Los primeros resultados obtenidos en las mediciones realizadas por Valora Prevención entre sus empresas clientes arrojan estos primeros resultados de forma aproximada: sector ferroviario entre 7-14 μg/m3, estaciones de ITV entre 5-14 μg/m3, parkings subterráneos entre 7-20 μg/m3, talleres de reparación de vehículos entre 8 -10 μg/m3.Todos estos resultados ponen de manifiesto que los lugares de trabajo donde se identifica la presencia de emisiones diésel tras las mediciones personales se confirma su presencia y se cuantifica.
Partiendo de la base de lo descrito en el RD 665/1997 sobre exposición a agentes cancerígenos y mutágenos, las medidas de control o de prevención de la exposición se deben aplicar según un orden de prioridad en función de su efectividad:
1. Sustitución de los motores diésel.
2. Trabajar en un sistema cerrado.
3. Aplicar medidas técnicas y organizativas encaminadas a reducir la exposición a un nivel tan bajo como sea técnicamente posible.
4. Cuando las medidas anteriores no sean suficientes, se recurrirá a los equipos de protección individual (EPI) como última opción.La sustitución de motores diésel pasa por la utilización de otro tipo de motores, siendo esta la medida más efectiva ya que eliminaría el riesgo al 100 %, siendo los motores eléctricos los prioritarios. El cerramiento del proceso en el caso de los humos de escape diésel, podría aplicarse en lugares de trabajo donde los equipos o maquinaria sean fijos, por ejemplo, compresores, generadores u otro tipo de máquinas estáticas. La reducción de la exposición a un nivel tan bajo como sea técnicamente posible se podría conseguir mediante la implantación de medidas técnicas y organizativas de forma que la exposición se reduzca tanto como sea técnicamente posible.De entre las medidas organizativas que se pueden aplicar podemos citar:
– Apagar motores o situarlos en el exterior
– Instalar sistemas de apagado automático cuando los motores permanezcan un determinado tiempo sin utilizar
– Realizar el calentamiento de los motores en el exterior o en lugares bien ventilados.Como medida técnica prioritaria se deberían establecer programas de mantenimiento exhaustivo de los motores diésel, instalación de filtros portátiles en los tubos de escape, instalación de sistemas de extracción localizada ajustables y móviles para los tubos de escape en talleres, garajes, centros de ITV, túneles o zonas donde deba permanecer en funcionamiento los motores. Otra medida técnicas efectivas para reducir los niveles de exposición sería el garantizar una adecuada ventilación general que ayude a diluir las concentraciones de emisiones de los motores diésel, ya sea por ventilación natural, forzada o mixta para garantizar un número mínimo de renovaciones del aire por hora.Por último, otra medida técnica que se ha comprobado efectiva para reducir al mínimo la exposición de los trabajadores que conducen vehículos con motores diésel sería el uso de cabinas cerradas con sistema de filtrado del aire de entrada y con sistemas de climatización para evitar mantener las ventanillas de los vehículos abiertas. Después de haber aplicado todas las medidas técnicas y organizativas posibles, como última opción o como complemento de otras medidas implantadas se podría hacer uso de EPI´s respiratorios. Para la protección frente a humos diésel la recomendación sería el uso de mascarillas con filtro de partículas P y filtro NO para óxidos de nitrógeno.
Los agentes cancerígenos o mutágenos se caracterizan, en general, por producir efectos a largo plazo o enfermedades con periodos de latencia largos. Debido a ello, el Real Decreto 665/1997 establece el derecho de los trabajadores expuestos a estos agentes a la prolongación de la vigilancia de la salud más allá de la finalización de la exposición o de la relación laboral. Actualmente, no existe un protocolo específico para la vigilancia de la salud para trabajadores expuestos a emisiones de motores diésel.No obstante, podría ser útil consultar a los trabajadores durante los reconocimientos médicos periódicos si sufren molestias relacionadas con la irritación de los ojos o de las mucosas, mareos o tos en el trabajo, y observar posibles signos de estas afecciones ya que estos síntomas son indicativos de una posible exposición a concentraciones altas de emisiones de motores diésel en el trabajo.
Las fuentes de emisión de la materia particulada, entre la que se incluyen la PM 0,1 pueden tener origen natural y/o antropogénico(producidas por el ser humano), la contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud de todos, esta sobradamente comprobado que la reducción de la morbilidad entre la población en general está directamente relacionada con la reducción de exposición ambiental a cientos de contaminantes de alta toxicidad que respiramos en nuestras ciudades.
Las emisiones diésel de origen ambiental producidas entre otras por el tráfico rodado, la industria, la producción de electricidad entre otras, estarán siempre presentes en los lugares de trabajo como un valor de fondo dependiente de la ubicación de nuestros centros de trabajo (urbano, rural , zonas industriales).Teniendo en cuenta esto, se hace necesario disponer de datos fiables de mediciones ambientales en las zonas exteriores de los lugares de trabajo para que con criterio técnico cualificado poder diferenciar que parte de la exposición de las emisiones diésel corresponde al ámbito laboral y que parte al medioambiental. Cuando las concentraciones personales obtenidas durante la evaluación cuantitativa no sean significativas superiores a las concentraciones ambientales exteriores del lugar de trabajo se podría llegar a concluir que no existe exposición laboral en aquellos puestos que no estén involucrados directamente con motores diésel. Este tema debería ser objeto de reflexión y estudio en futuras revisiones de la normativa sobre agentes químicos y cancerígenos en el trabajo.
La inclusión de las emisiones diésel como cancerígeno de origen laboral va a suponer un quebradero de cabeza para las empresas afectadas ya que, en muchos sectores, como por ejemplo el del transporte público o privado, se nutren de flotas de vehículos propulsados por motores diésel, la sustitución de estas flotas por motores eléctricos u otros motores con menores emisiones (híbridos o gasolina) va a suponer grandes inversiones económicas.El garantizar que las exposiciones a emisiones diésel se reducen al nivel mínimo posible que permita la técnica va a requerir un esfuerzo económico, organizativo y técnico muy importante, por lo que desde Valora Prevención recomendamos a las empresas afectadas por esta nueva regulación planifiquen con tiempo suficiente las adaptaciones técnicas y organizativas requeridas, teniendo en mente que la entrada en vigor de los VLA para emisiones diésel está prevista para el 21 de febrero de 2023.Tampoco podemos olvidar que además de las regulaciones laborales, se hace imprescindible contar con regulaciones ambientales de niveles máximos ambientales recomendados para las emisiones diésel a nivel nacional, europeo y mundial, ya que son un problema de salud pública además de una problemática laboral. Si tomamos como referencia los valores actualizados recientemente por la OMS para la calidad del aire en concreto para la materia particulada (PM 10 = 15 μg/m3 y de PM 2,5 = 5 μg/m3) el valor estimado para PM 0,1 (fracción de partículas de tamaño inferior a 0,1 μm) donde encajan las partículas ultrafinas de emisiones diésel, estas deberían regularse a un valor ambiental inferior a 5 μg/m3. Si comparamos este valor inferior mínimo con los datos de estudios previos y datos propios podemos concluir que, en ciertas actividades laborales, sobre todo en ambientes urbanos e industriales, la evaluación del riesgo de exposición va a requerir de la realización de mediciones ambientales de fondo complementarias a las mediciones de tipo personal para poder discriminar entre la exposición laboral y la contaminación ambiental.Como conclusión, se hace evidente que la solución más eficaz desde el punto de vista laboral y ambiental con respecto las emisiones de motores diésel pasa por la descarbonización mundial y electrificación progresiva.