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Los exoesqueletos. La tecnólogía y el avance científico para uso ergonómico - Valora Prevención
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Los exoesqueletos. La tecnólogía y el avance científico para uso ergonómico

El exoesqueleto pasivo es una buena medida preventiva a nivel ergonómico, para reducir los riesgos por sobreesfuerzos.

Todas las estadísticas lo demuestran. Los accidentes de trabajo (AT) por sobreesfuerzos en el sistema músculoesquelético y las enfermedades profesionales (EP) en su grupo 2, agentes del C al G (posturas forzadas y movimientos repetitivos), suponen el mayor porcentaje de la siniestralidad laboral, de las EP comunicadas, en los años 2015, 2016 y 2017. El mayor porcentaje corresponde a la población entre 40 y 54 años.

Si además añadimos varios factores relacionados con la edad y la estructura de la pirámide de población en España, el problema de los AT y EP por sobreesfuerzos aumenta. En primer lugar, el mayor porcentaje poblacional lo tenemos entre los 35 y los 59 años. Además existe una mayor incidencia en determinados sectores y actividades laborales feminizadas, donde la mujer la mayoría de las veces, desempeña un doble rol (trabajadora en la empresa y trabajadora en casa), con el añadido de la falta de análisis teniendo en cuenta el género. Conviene tener en cuenta también  el efecto “baby boom”, con una gran parte de la población nacida entre los años 60 y 70, lo que genera un envejecimiento de la población laboral  que llegará al mismo tiempo a la edad de jubilación. Y finalmente el envejecimiento generalizado de la población española y europea, donde las proyecciones a 2025, 2050 y 2064, refuerzan una marcado envejecimiento y unas pirámides poblaciones invertidas.

Como ya podemos ir intuyendo, el resultado de este “coctel” producirá mayores porcentajes de siniestralidad laboral, un aumento de los costes laborales derivados de un mayor absentismo, un mayor índice de incapacidades, mayor intervención de la inspección de trabajo y seguridad social (ITSS) a consecuencia de las comunicaciones de enfermedades profesionales de la seguridad social (CEPROSS), posibles aumento de procesos, reclamaciones judiciales y reclamaciones de recargo de prestaciones.

No podemos obviar el articulado de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales, donde la Ley 31/95 de 8 de noviembre de prevención de riesgos laborales, artículo 15.1 principios de la acción preventiva, en su apartado e) establece el tener en cuenta el avance de la técnica. Es en este punto donde la tecnología y el avance científico han proporcionado los exoesqueletos de uso laboral.

¿Qué son los exoesqueletos?

Los exoesqueletos, son dispositivos portátiles que porta una persona y que le generan una energía extra para soportar o realizar tareas físicas en el ámbito laboral. Actualmente se están comercializando los llamados de tipo pasivo (espalda zona lumbar, piernas y miembros superiores), donde el exoesqueleto proporciona un apoyo, reduciendo las fuerzas musculares internas y en la región lumbar, ya que los estudios realizados demuestran menor actividad muscular y un aumento de tres veces del tiempo de trabajo sin sensación de fatiga.

Podríamos concluir, que el exoesqueleto pasivo es una buena medida preventiva a nivel ergonómico, para reducir los riesgos por sobreesfuerzos, en tareas en las que la implantación de otras medidas de carácter colectivo, automatizado o con otros sistemas mecánicos, sea manifiestamente dificultosa. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas peculiaridades y restricciones que se presentan actualmente, ya que nos encontramos que no hay normativa específica (tiene marcado de producto sanitario de clase I) y se fabrican bajo algunas normas reguladoras. No obstante, actualmente se está desarrollando la ISO TR 299, que será la que regule estos equipos, aunque si llevan marcado CE.

Hay limitaciones en cuanto a tipo de trabajos (tienen que ser lo más limpios posibles, quirófanos, talleres, montajes, logística, aunque se puede usar el equipo debajo de ropa). Además, la humedad, el agua, un exceso de suciedad o el polvo no son recomendables y no son compatibles con uso de arnés o con cinturones portaherramientas. Tampoco es recomendable comenzar con un uso continuo. Es necesario que empezar con sesiones cortas. Finalmente, su utilización debe descartarse en colectivos protegidos (embarazadas, diferentes capacidades, estado biológico conocido que presente limitaciones funcionales o estado de salud).

Hay que tener en cuenta los posibles riesgos añadidos y emergentes que pueden presentarse según las peculiaridades de la actividad laboral a desarrollar por la población trabajadora (riesgos eléctricos, atrapamientos con equipos en el entorno o incompatibilidad, atrapamientos con las partes móviles del propio equipo, incompatibilidad con el uso del arnés, cinturones, portaherramientas, presiones localizadas en el cuerpo por mal uso o mala praxis, desactivación del equipo para subir escaleras o sentarse, caídas, tareas con fuentes de calor, actuaciones en caso de RCP con el equipo puesto, formación teórico – práctica e información).

Juan José Cano

Técnico Superior de Prevención